Hace poco, tuve algunas conversaciones con diferentes amigos que -llorando con mucha tristeza y frustración- me pidieron que por favor volviera a pronunciar discursos y a participar desde la plataforma. Sus razones estribaban en que, básicamente, así podría ayudar a más personas en menos tiempo por medio de compartir lo que sé de la Biblia de ésa manera.
Fué algo dificil para mí poder explicarles toda la controversia que está involucrada para haber tomado una decisión como esa -la de alejarme-. Pero finalmente me desprendí de las palabras y aclaré como se manejan las cosas a ese nivel en la congregación.
No crean que fue una decisión fácil. Pero el presentar discursos o tener tal clase de participación, primero, te pone en una posición bajo el control y el escrutinio constante por parte del grupo de ancianos locales. Sabemos muy bien que se asigna a un anciano como “consejero” de los discursantes -aparte del superintendente de la escuela- y su criterio -como el de la mayoría de los otros- usualmente va “más allá de lo escrito”. Por ende, todo lo que diga en público desde la plataforma, está directa o indirectamente bajo su potestad de censura.
Sabiendo la manera asertiva e inquisidora que tengo para expresarme referente a los temas que se enseñan, si mi voz no fuera ignorada, comenzaría a ser fuertemente bloqueada de ser oída. ¿Cuántos discursos alcanzaría a pronunciar? Con sincera modestia, muy pocos seguramente, porque conociéndome, jamás he caído ni caería en la mediocre forma de discursar que solo logra dejar indiferente al auditorio. Además, no podría dejar de compartir con mis oyentes las cosas que he descubierto de la Biblia desde que -hace tiempo- dejé de usar las publicaciones de la wt para que me las intentara explicar. Definitivamente, a los ancianos eso no les va a gustar.
Segundo, el clima de sospecha, desconfianza, indirectas y comentarios que los ancianos crearían referente a mis participaciones y discursos, sería algo que realmente no quisiera experimentar -más de lo que ya lo he hecho-. Como dato comparativo, solo un 5% de las veces (1 en 20) que levanto la mano para comentar se convierte realmente en un comentario. Y ya han intentado llamarme la atención por aludir a puntos que no se explicaron correctamente.
Tercero, creo que estoy en un punto donde ya no puedo defender ni probar bíblica ni moralmente muchos dogmas, doctrinas y procedimientos de la wt. Sería un hipócrita si hablara de ellos como cuando antes los aceptaba ciegamente.
Muchas veces me “aconsejaron” que al cambiarme de congregación, podría discursar tranquilo; pero realmente eso es una completa falacia. Es bien sabido que los ancianos de distintas congregaciones se pasan el dato/chisme entre ellos y desde luego, el lado de quién se muda nunca es considerado. Bueno, solo es considerado como una ausencia de fe y madurez y que cualquier cambio realmente es para huir de los problemas -causados supuestamente por uno mismo-. Además, estaría claro el prejuicio de los ancianos de la nueva congregación para conmigo sumado a que los puntos que ya no podría defender son dogmas de organización global, no locales.
Yo no soy la luz, pero los hechos han demostrado con creces la oscuridad donde viven los ancianos del circuito -que muy bien representan a la mayoría de todo el mundo-. Nunca más podría tratar de mezclar la luz de la Biblia -que no cambia-, con la “luz progresiva” que solo ilumina su propia mentira.
Mis amigos, han quedado muy contristados por estos hechos relatados. Aunque les ha ayudado a abrir mucho más los ojos. De todas formas, tras bambalinas, aún tengo bastante influencia en muchos de la congregación y en los discursos que se dan cada semana. Cambios se dejan ver en varios aspectos.
Sea que me lean o no, quiero agradecerles a tales amigos su compresión e interés sincero en mi persona y aprovechar de agradecer también a todos los ancianos que conozco, pues gracias a la demostración evidente de su corrupción, maldad, abuso de poder, indolencia, iniquidad, falsedad e ignorancia -en distintos grados-, he podido ir despertando de esta pesadilla espiritual.
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Los Testigos de Jehová y la Sociedad Watchtower 